Valor social de la memoria

La memoria es el acto de recuperar aquellos capítulos sombríos de la historia, mantiene vivo lo que por definición está muerto. La memoria histórica nos permite el “no cometer el mismo error dos veces”. Entonces, una sociedad sin memoria ¿se volvería psicótica, repetitiva? En el hipotético caso de que no tengamos memoria y que olvidemos los genocidios atroces, las guerras constantes, todos los tropiezos que tuvo el ser humano como tal, ¿la sociedad se transformaría en viciosa?

Los recuerdos con respecto a la historia hacen vívida la lucha por las injusticias. Le da razón, y le da sentido. Fue la última dictadura cívico militar la que nos dejó una gran mancha de sangre en nuestra conciencia y que tuvo como producto un gran sentido de colectividad y patria. El mantener cerca, y viva la situación de aquellos años, a grandes escalas nos alerta y concientiza sobre futuras como también contemporáneas cuestiones sociales, políticas, culturales, etc. Entonces, el reconocer y tener presente estos hechos de alguna forma repercute en nuestra cosmovisión actual. Queramos o no, estás páginas en nuestro pasado fueron y son el pilar de nuestra forma de vida, nuestra forma de ver la vida. La historia nos hace, la memoria nos enseña. Es por esto, que para evitar un círculo vicioso de atrocidades e injusticias, es esencial el recordar, de lo contrario nos veremos forzados a caer constantemente en gobiernos imprudentes, genocidios, nos veremos bajo el mando de numerosos nuevos Hitler, debido a que no estaríamos al tanto de lo que conlleva someternos a esas situaciones.

Además, Sacando de lado el hecho de que sin memoria nuestras mentalidades serían esclavas de la repetición, el acto de recordar le atribuye un valor y una honra a aquellos/as que les tocó ser víctimas. No sería justo el olvidarnos de los desaparecidos, sino que es necesario tenerlos presentes hoy, y siempre. No sería justo tampoco olvidarnos del genocidio indígena, del armenio, del judío, etc. Gracias a la memoria sabemos que los tiranos y los genocidas no pagaron, los nietos no regresaron, las Malvinas no las recuperamos.

Entonces, para poder darle sentido a la frase nunca más y para concluir, es de suma importancia hacer énfasis en la memoria. Se lo debemos a los que transitaron y fueron víctimas de esos hechos, y nos lo debemos a nosotros. La memoria nos despierta para sufrir, mantiene abierta una herida. Nos concientiza y mantiene alerta. Cada país, cada civilización, cada nación tuvo y tiene una historia que merece seguir viva.

 

Escrito por Dalia Ivanoff, 5to Comunicación