Una experiencia de reconocimiento

En el área de Salud y Adolescencia nos propusieron como tarea expresar, a través de un collage, cosas que nos identificaran, ya sea con música, arte, pasatiempos u objetos. Pensé que la mayoría de las veces no me gusta exponerme ante un grupo tan grande de personas, pero quise dejarme llevar por mi imaginación.

Primero armé una oleada de letras que salen de mi boca y muestran mis intentos por expresarme mejor mediante el habla. También representan mi gusto por la escritura, como los libros que vuelan. Esta oleada divide el dibujo en dos mundos:

El lado de colores fríos muestra mi curiosidad y fantasía. Está inspirado en tres de mis películas favoritas:

  • “Alicia en el País de las Maravillas” (El conejo que no alcanza el reloj equivocado).
  • “Coraline y las Puerta Secreta” (Los botones flotantes que tienen escrito mis gustos).
  • “El Cadáver de la Novia” (Las mariposas Morpho).

El otro lado representa mi paz mental, que es corrompida siempre por una mujer de sonrisa Cheshire tratando de robarse mi tiempo.

Luego pegué los relojes que están a cada lado de ambos mundos:

  • Uno es normal ya que el tiempo allí pasa volando y las cosas cumplen su principio y su fin, y cómo la fauna del lugar refleja mi atracción hacia la naturaleza. Aquí hay gravedad, ya que la silueta de una mujer cae.
  • En el otro lado el reloj no tiene las manecillas ni los números. Con esto quiero dar a entender que ahí el tiempo no existe y todo sucede a la vez. En este mundo, la mujer gravita y tiene alas.

Del lugar de colores cálidos, otra mujer está escalando su armario, en el otro mundo la misma ya escaló la cima de esto y las puertas están abiertas, mostrando que no hay nada. Esto representa su vida, ya que está muerta.

En el trabajo se tenía que escribir el nombre de cada persona del curso en el medio, yo lo hice pero este está escondido en la oleada de palabras. Un compañero me hizo reflexionar al decir que no puse mi nombre en grande porque no me gusta llamar la atención, pero considero que también lo hice porque lo que importa más no es el autor, si no la obra. Pienso que fue una experiencia de reconocimiento a uno mismo.

Escrito e ilustrado por Malena Telias

4to Comunicación