Homenaje a los caídos en Malvinas

Las alumnas y los alumnos de 5to Comunicación y Ciencias Naturales realizaron el acto en homenaje a los caídos en la guerra por la soberanía de las Islas Malvinas, el pasado 5 de abril. Catalina Arias y Morena Galera de León fueron las encargadas de conducir el evento e introducir a Dalia Ivanoff, quien leyó unas palabras, y a Antonela Luis, Sundari Guevara, Nazareno Abarca y Matías Beorlegui, quienes interpretaron la canción Solo le pido a Dios.

El discurso comenzó con un texto inicial para contextualizar el homenaje: «Las Islas Malvinas siempre fueron una disputa entre países europeos, tales como Francia, España e Inglaterra. España, después de haber colonizado Argentina, adquirió los derechos del archipiélago y la colocó bajo la administración de la gobernación del Río de la Plata. En 1816, Argentina se independizó y logró que las Malvinas quedaran bajo la jurisdicción Argentina; aún así, en 1833, los ingleses tomaron el control y las declararon colonia del Reino Unido«.

Leé Una batalla de victoria ausente

El 2 de abril de 1982, los argentinos nos despertamos con la noticia de que las Islas Malvinas habían sido recuperadas por un sorpresivo desembarco de 5 mil soldados argentinos, como muestra de defensa de la soberanía sobre ellas. De inmediato, el gobierno inglés, al mando de Margaret Thatcher, envió un ejército superior en número y equipamiento, y a partir de ese momento, comenzó una sangrienta batalla en mar y tierra, que terminó el 14 de junio de 1982 con la victoria de los británicos, quienes reafirmaron su soberanía sobre el grupo de islas ubicadas en territorio argentino.

Durante el conflicto murieron 649 soldados argentinos y 255 británicos. Sin contar los numerosos muertos en posguerra.

 

 

Pocas veces se ha hablado sobre el rol de las mujeres en esta guerra. Mediante investigaciones hemos encontrado el testimonio de Alicia Reynoso“En 1980, la Fuerza Aérea había incorporado mujeres como enfermeras. Cuando inició el conflicto bélico, en el 82, hace 37 años, nos ordenaron ir. Allá fuimos con el sentimiento de que estábamos recuperando un pedacito de nuestra tierra y que era un orgullo formar parte de esa gesta. Eramos 14 enfermeras muy jovencitas, de entre 22 y 24 años, con miedo y con muy poca experiencia en la profesión. Imposible olvidar lo que nos contaban la mayoría de los chicos:“vengo a recuperarme y vuelvo a la isla”. Pasaban hambre y frío, pero querían regresar porque tenían a sus hermanos en las trincheras. Durante las madrugadas llegaban los heridos con un gran dolor físico, es cierto, pero sobre todo, a los soldados les dolía el alma. Entonces, también hacíamos de madres, de hermanas, de psicólogas, porque al deseo de recuperar Malvinas se le mezclaba la desesperación que tenían por retornar a sus hogares.